La insuficiencia de la ONU

La insuficiencia de la ONU

   

    Todos sabemos que la Organización de Naciones Unidas coordina, propone, crea normas, y hasta tiene un consejo para los derechos humanos, en definitiva, trabaja mucho para mejorar la convivencia en común de la sociedad de todo el planeta, pero… no gobierna, no tiene potestad para evitar las guerras, el hambre o la injusticia social.

    Tiene legitimidad para reunir a los mandatarios de gran número de países y sugerir las correctas diligencias según distintos casos, pero éstos se guardan el derecho de participar y acatar las normas, consejos y sugerencias, a conveniencia. Así, ésta Organización de Naciones tiene competencias muy restringidas y limitadas, no tiene autoridad suficiente, y por lo tanto, se convierte en tolerante ante los desafueros que sufren muchos ciudadanos. Su normativa de "no ingerencia" restringe su poder hasta el punto de ser un organismo más que no puede llevar acabo todo lo que promulga.

    Hoy no existe nada ni nadie que vigile a los vigilantes, que controle a los controladores o juzgue a los jueces de una Nación cualquiera.

    La ONU, ha de tener potestad para sentar las bases de una paz mundial y hacerlas cumplir. Ésta paz no se refiere sólo a las guerras entre naciones sino también, según principios legítimamente universales, a los conflictos internos de cada país, mediar entre un gobierno y su pueblo oprimido o despreciado, defender al individuo. No sólo ha de representar los intereses de todos los países sino, los intereses de los ciudadanos de todos los países y defenderles de las luchas y abusos de poder, de la corrupción y la codicia, del libre albedrío de los dirigentes incapaces e injustos. Ha de poder someter a juicio y ordenar la sustitución de los gobiernos que no proporcionen prosperidad, o que no respeten los derechos humanos.

    Hemos de exigirle que juzgue y condene la injusticia individual y colectiva.

    Todo esto desde un vínculo común: un parlamento democrático, donde todos los países puedan legislar, opinar, proponer, denunciar, defenderse y ajusticiar.

             Todos los ciudadanos de este planeta hemos de pedirle a nuestra Organización de Naciones que:

   

             La ONU ha de elaborar una Constitución Internacional para el correcto procedimiento en las actuaciones de los distintos gobiernos  y preservar la justicia, la paz y los derechos de todos los individuos por encima de sus gobernantes.

    Ha de constituir un Poder Judicial con todas sus atribuciones para hacer cuplir las leyes y por lo tanto, con capacidad de someter a juicio y solicitar la destitución de cualquier gobierno de cualquier país que delinca o manifieste incompetencia severa para gobernar.

   

    Esta es la única manera de prosperar, de practicar el entendimiento y la tolerancia, la fraternidad y la solidaridad, la convivencia en paz y armonía.

    Estoy seguro de que La Organización de Naciones Unidas tendrá tarde o temprano este poder (aunque no lo verán nuestros nietos), pero desde ya, hay que trabajar mucho para conseguir muy poco. Es muy difícil ponerse en la piel del que sufre pero, evitar un dolor, evitar una muerte merece un gran esfuerzo. Evitar mucho dolor, muchas muertes merece mucho más.